lunes, 15 de junio de 2009

CONCLUSION

El hecho de pensar sobre el aborto como una realidad que merece su estudio, no como una cuestión asociada a una lucha de un supuesto derecho, sea de la mujer, sea de la sociedad, sea del ejercicio de una ciencia, sino de su realidad en sí, implica que la vida desarrollada en sus circunstancias merece ser pensada y si merece ser pensada merece ser vivida desde la conciencia, de forma humana.


La óptica de la afirmación de la vida de la persona humana se impone como el criterio básico de demarcación en el estudio de la mujer y la realidad del aborto.


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